Madryn: “Capi" Garay, el perfil criminal de un joven que pasó la mitad de su vida tras las rejas

Ahora está preso por intentar matar a su ex mujer y su acompañante. Los fiscales lo acusan de intento de femicidio.

Provincias - Chubut 12/02/2022 Editor General Editor General

En la causa son víctimas una mujer, que estuvo en pareja con Matías Sebastián Garay, de quien se separó hace tres años, y su acompañante, de 26 años. El lunes se revisará la prisión preventiva.

Con 32 años, “El Capi” Garay, tiene un frondoso prontuario. En el año 2004 y con apenas 14 años fue involucrado en un sangriento hecho que conmovió a la comunidad de Puerto Madryn. Fue el único sospechoso de matar de un disparo a Miguel Ángel Bringiotti (20) pero nunca pudo ser juzgado por su calidad de menor inimputable.

Su primera condena fue en 2009, cuando tenía 21 años. Los jueces Silvia Martos, Eduardo Mendos y Leonardo Pitcovsky lo sentenciaron a seis años de prisión por robo agravado cometido en 2008 en el barrio Ruca Hue, cuando ingresó a la casa de la familia Bringiotti y amenazó con un arma a un joven menor de edad para robarle una PlayStation. Justamente era la casa donde vivía Miguel Ángel, asesinado cinco años atrás. La pena luego fue reducida por la Cámara Penal a 3 años y ocho meses.

En 2012, apenas salido de prisión, fue nuevamente condenado por el juez Rodolfo Blanco por robo a tres años de prisión de efectivo cumplimiento. Junto a Miguel David Díaz, ingresaron a un domicilio en el barrio 287 viviendas y robaron un DVD, un bajo eléctrico y un equipo de música. Fueron atrapados a las pocas cuadras. Un dato: El ahora jubilado juez Blanco es padre del funcionario de Fiscalía Fernando Blanco, quien lleva adelante la investigación por intento de femicidio.

Cuando quedó en libertad nuevamente volvió a delinquir. En 2017 fue condenado por el juez Horacio Yangüela a tres años y 10 meses de prisión de efectivo cumplimiento y una declaración de reincidencia por “intento de robo agravado por el uso de arma de fuego, amenazas y daño agravado por ser cometido contra un edificio público”. La sentencia es porque ingresó a una casa encapuchado y, portando un arma de fuego, amenazó a una mujer diciéndole: “dame la cartera y toda la plata que tengas”. Dentro del domicilio estaban los hijos de la mujer, que se trenzaron en lucha y, socorridos por vecinos que escucharon los ruidos, lograron reducirlo. Antes de que lo suban al patrullero, les gritó: “Ya voy a salir y los voy a venir a cagar matando, va a ir con flores al cementerio”. A la condena se le incluyó la calificación de “daño agravado por ser cometido contra un edificio público” porque dentro de Tribunales, cuando iba a ser sometido a la audiencia, le pegó un cabezazo para romper uno de los ventanales.

El Capi volvió a recuperar su libertad tras cumplir la pena. Pero nuevamente se vio involucrado en conflictos con la ley. Actualmente tiene tres procesos en trámites por “atentado, resistencia y desobediencia a la autoridad” y “amenazas simples”. Pero su acusación más grave es por “tentativa de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y tentativa de homicidio agravado por una relación de pareja y ser perpetrado por un hombre mediando violencia de género”.

El pasado 10 de octubre en horas de la tarde, el Capi le escribió a su hijo y le dijo que quería hablar con su mamá. No pudo hablar. Y fue hasta su casa. Alrededor de las 22 horas, cuando la mujer regresó al domicilio junto a un acompañante, fueron atacados por la espalda por Garay, quien portaba un arma de fuego tipo revolver y les efectuó seis disparos. Dos de ellos impactaron en la pierna del hombre. Garay continuó gatillando, apuntando hacia la cabeza del sujeto. Una de las balas impactó en un auto. Se corroboró que había vainas servidas de calibre 9 mm. Luego se dio a la fuga en una moto y al día siguiente, a la mañana, se entregó a la Policía. Desde ese momento está detenido.

El lunes se hará la audiencia de revisión de la prisión preventiva ante la jueza Yamila Flores. La Fiscalía pedirá que siga preso. En caso de ser condenado nuevamente, con esta calificación legal, deberá pasar –como mínimo- quince años tras las rejas.

Fuente: Diario Jornada