Naturaleza y Coronavirus ¿se puede combatir la contaminación y el cambio climático con un virus?

Curiosidades 29/04/2020 Info patagonia Info patagonia

Aproximadamente la mitad de la población mundial se encuentra confinada debido a la pandemia que estamos viviendo, ya sea obligatoriamente o por decisión propia. Sin embargo, la naturaleza se encuentra ahí afuera, y más activa que nunca.

Sabemos que las actividades antropogénicas impactan directamente en el ambiente y, por encontrarse hoy detenidas, se han evidenciado mejoras en cuanto a la contaminación ambiental y en diversos ecosistemas.

Por ejemplo, en diversos puntos del planeta como Ushuaia, Ciudad de Buenos Aires, China y México, a mejorado la calidad del aire ya que han disminuido ciertos gases perjudiciales para la salud y que exacerban el conocido efecto invernadero. Como también a mejorado la contaminación auditiva principalmente por disminuir el transporte vehicular. 

Otras mejoras que podemos nombrar son los animales recorriendo nuevos sitios e incluso la aparición de animales que se creían extintos, o la purificación del agua en Venecia.

Sin embargo si analizamos a los glaciares, indicadores del cambio climático por excelencia, tenemos que recordar un estudio -publicado en el 2018- que sostiene que seguirán perdiendo masa  por más que se detuviera la emisión de dióxido de carbono. Por lo que los glaciares no se suman al festejo de mejoras ambientales en medio de la pandemia. 

Es peligroso hablar de consecuencias positivas a nivel ambiental debido a un virus. Todos estos efectos que llamamos “mejoras” son temporales. ¿Qué pasará cuando termine esta situación? ¿Las grandes empresas prenderán sus “maquinarias” para recuperar lo perdido, multiplicando los costos para el ambiente? 

Hay que hacer hincapié en que el virus y la cuarentena no son la solución verdadera a la contaminación que hoy padece la naturaleza. Es una falsa positividad porque no son medidas sostenibles. Bajo ningún punto de vista parar el mundo es una solución para frenar el fenómeno del cambio climático. 

El camino correcto sigue siendo la generación de conciencia de los impactos que generan nuestras acciones, como también la responsabilidad para con la naturaleza.